Marchas y tráfico complican la movilidad en la CDMX desde primeras horas

Por Juan Pablo Ojeda

 

La Ciudad de México vivió una mañana especialmente complicada para quienes tuvieron que salir temprano de casa. Desde antes del amanecer, el tráfico comenzó a intensificarse y, conforme avanzó la mañana, las movilizaciones sociales terminaron por presionar aún más las principales vialidades de la capital. El resultado fue una jornada con traslados lentos, rutas saturadas y miles de personas ajustando sobre la marcha sus tiempos y trayectos.

Diversos grupos sociales, trabajadores y colectivos ciudadanos se concentraron en puntos estratégicos de la ciudad, principalmente en zonas céntricas y corredores donde se ubican oficinas públicas. Estas concentraciones derivaron en marchas que avanzaron de manera gradual, ocupando carriles completos o reduciendo el espacio disponible para la circulación vehicular. Aun cuando algunas protestas fueron pacíficas y ordenadas, su impacto vial fue significativo.

Avenidas como Paseo de la Reforma, Insurgentes, Eje Central, Eje 1 Poniente, así como tramos del Circuito Interior y vialidades que conectan con el Centro Histórico, registraron avance a vuelta de rueda. En varios puntos, los automovilistas reportaron retrasos de hasta una hora para recorrer distancias que normalmente se cubren en pocos minutos. La situación también afectó a quienes se trasladan desde el Estado de México hacia la capital, con accesos congestionados desde muy temprano.

El transporte público no quedó exento. Algunas rutas de autobuses y microbuses tuvieron que modificar su recorrido de manera temporal, mientras que usuarios del Metrobús y del Metro enfrentaron mayor afluencia, especialmente en estaciones cercanas a las zonas de protesta. La combinación de marchas y hora pico generó andenes saturados y tiempos de espera más largos.

Elementos de tránsito capitalino desplegaron operativos para tratar de mantener el flujo vehicular, habilitar contraflujos y orientar a los conductores hacia rutas alternas. Sin embargo, la alta densidad de vehículos hizo que las maniobras tuvieran un efecto limitado. En redes y grupos vecinales, muchos capitalinos compartieron su frustración, pero también recomendaciones para evitar ciertas zonas y salir con mayor anticipación.

Conforme avanzó la mañana, algunas movilizaciones concluyeron y ciertos tramos comenzaron a liberarse, lo que permitió una leve mejoría en la circulación. No obstante, el tráfico se mantuvo pesado en buena parte de la ciudad, recordando que en la CDMX cualquier protesta, por pequeña que sea, puede tener un efecto dominó en la movilidad diaria.

La jornada dejó claro, una vez más, que el tráfico y las marchas forman parte de la rutina urbana. Para muchos ciudadanos, la clave estuvo en la paciencia, la planeación y la búsqueda constante de alternativas para llegar a su destino.

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