Propuesta en Congreso busca frenar dobles remolques con sustancias peligrosas

Por Bruno Cortés

 

La explosión de una pipa de gas en Iztapalapa volvió a encender las alarmas sobre un tema que muchos prefieren esquivar: los dobles remolques cargados con sustancias peligrosas que circulan por las carreteras y, en ocasiones, hasta por zonas urbanas. Después del susto y del dolor que dejan este tipo de accidentes, la diputada Laura Ballesteros Mancilla, vicecoordinadora de Movimiento Ciudadano en la Cámara de Diputados, anunció que está impulsando una reforma para poner orden en este terreno.

En palabras sencillas, lo que plantea es cambiar la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal para que, poco a poco, los vehículos de doble remolque dejen de transportar materiales tóxicos y altamente peligrosos. La lógica es clara: si se quiere evitar más muertes y tragedias viales, hay que empezar por sacar de circulación a los camiones más riesgosos.

La propuesta no se queda corta. Ballesteros quiere que las carreteras tengan una clasificación más estricta, de modo que no cualquier vialidad pueda usarse para transportar químicos o combustibles. La idea es restringirlos en zonas donde la gente vive su día a día: comunidades, áreas urbanas con tráfico pesado y, sobre todo, en las famosas horas pico. También busca que haya coordinación entre los reglamentos de tránsito locales y la ley federal, para definir horarios, días y vialidades específicas donde estos vehículos sí puedan circular.

Otro punto clave es el de las licencias. Hoy en día, para manejar un tráiler de doble remolque se necesita una licencia federal, pero según la diputada, ese sistema está lleno de “puertas traseras”: gestores que consiguen papeles sin que los choferes pasen exámenes médicos o capacitaciones reales. Por eso, su propuesta contempla que las licencias se renueven cada dos años, con evaluaciones rigurosas, y que se refuerce la vigilancia para evitar fraudes.

Y no es todo. Ballesteros también puso sobre la mesa un tema que lleva años sonando pero nunca se concreta: invertir en infraestructura para que las sustancias peligrosas viajen en ductos o en ferrocarriles, y no en pipas circulando por calles y carreteras. Recordó que desde 2006 se habla de regular de verdad el transporte pesado y el de materiales tóxicos, pero las discusiones se han ido al congelador mientras la gente sigue arriesgando la vida.

A su voz se sumó la concejala de MC en Benito Juárez, Maribel Ramírez, quien denunció la existencia de gestores que venden licencias o constancias de capacitación sin verificar la salud ni las habilidades de los conductores. Un tema que, de confirmarse, revela la fragilidad del sistema que debería garantizar seguridad en las carreteras.

En pocas palabras, la iniciativa busca ponerle freno a una práctica que todos sabemos peligrosa pero que sigue pasando de largo en el Congreso. El debate ahora será si los partidos están dispuestos a tocar intereses económicos de peso para priorizar la seguridad de la gente.

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