Por Juan Pablo Ojeda
Cada 12 de diciembre, mientras millones de fieles llegan a la Basílica de Guadalupe para honrar a la Virgen Morena, otra historia se repite en silencio en las calles aledañas: decenas de perros que acompañan el peregrinaje quedan abandonados a su suerte. Frente a esta realidad, desde hace 18 años una red de voluntarios de la ONG Mundo Patitas se ha convertido en el último auxilio para estos llamados “perros peregrinos”.
La labor se despliega justo a las puertas del templo, donde los voluntarios recorren banquetas y rincones en busca de animales visiblemente exhaustos, deshidratados o con problemas de salud. Norma Huerta, directora de la organización, explica que muchos de estos perros llegan en condiciones preocupantes tras caminar largas distancias. “Urge sacarlos de ahí”, afirma, al señalar que el objetivo es rescatarlos, atenderlos médicamente, esterilizarlos y buscarles un hogar.
El año pasado, de acuerdo con distintos reportes, cerca de 300 perros fueron abandonados durante las celebraciones guadalupanas. De ellos, Mundo Patitas logró rescatar alrededor de 170, varios de los cuales fueron trasladados a su refugio en Huehuetoca, Estado de México, donde esperan una familia definitiva. Muchos llegan tan agotados que apenas pueden moverse, por lo que la organización incluso cuenta con un pequeño carrito que funciona como ambulancia para los casos más graves.
Algunos rescates tienen un final alentador inmediato. Rebeca Moreno decidió adoptar a uno de los perros encontrados este año, luego de verlo tirado sobre el frío suelo de la Basílica. Para ella, el gesto es una forma de devolver dignidad a quienes no pueden pedir ayuda. “Hay que ser la voz de los que no tienen voz”, señala, e invita a la ciudadanía a apoyar aunque sea con alimento o atención básica.
Desde Mundo Patitas advierten que, sin este tipo de intervenciones, el destino de muchos animales abandonados podría ser el sacrificio, un proceso que, denuncian, carece de transparencia. No obstante, reconocen que en esta ocasión han percibido mayor involucramiento de las autoridades, particularmente en la alcaldía Gustavo A. Madero, donde se ubica el recinto religioso.
Las cifras dimensionan el problema: tan solo en México se estima que cada año se abandonan alrededor de 500 mil animales, y a nivel nacional la cifra supera los 30 millones. En medio de ese panorama, la labor de los voluntarios se mantiene como un recordatorio de que la devoción y la solidaridad también pueden extenderse a quienes caminan en cuatro patas.